viernes, 6 de noviembre de 2020

SONETO DE LA RUTINA


La sombra, como un embudo silencioso,
Va engullendo colores lentamente.
Mientras se duerme el sol, ajusta el lente
Y los cuerpos se tornan vaporosos.

 

De repente, este mundo es silencioso.
Apenas cae lluvia suavemente.
En el suelo, los cuerpos, elefantes.
En el plano, son formas sin reposo.

 

Si no encendiesen luces de farolas,
Si en la calle surgieran amapolas,
Si no fuese la hormiga y la sirena,

 

Esa sombra voraz tragase todo.
Mañana será lo mismo… Tristes lodos:
Discurrir de la aurora hacia la pena.

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