lunes, 30 de noviembre de 2020

UNA FÁBULA DE HISOPO


Cuando pasé por el Ministerio
Soplaba poco viento
Una tortuga colgaba del asta
Amarrada del cuello pero viva
Y aún era poca la gente de la fila.
Yo iba a comprar el pan del desayuno
Siempre tan feo y duro pero cerca
Apenas a media cuadra de mi casa.
Mientras pagaba 
Vi llegar los bomberos aturdidos
La gente irrespeta las sirenas
Y vi una patrulla que traía 
Un tipo de traje y lentes caros.
Éste tomó un megáfono del coche
Escupió tres veces hizo gárgaras
Como suelen hacer los cuentacuentos
A modo de ejercicio
Y trató de convencer a la tortura
Que no cometiese algo estúpido
(Toda la gente que hacía fila 
Seguro era más infeliz que ella)
Que tenía que sentarse a dialogar
Y plegarse al tratamiento.
La tortuga oscilaba muy poquito
Las patas apenas las movía
Y juro que babeaba vez en vez
Como si estuviese tal vez envenenada.
Esto duro tres horas. Mientras tanto
Decidí reportarme enfermo a la oficina
Y me senté a comer el pan sobre un poyo
Con dos frescoleches de vainilla.
Vi llegar la unidad móvil con equipos
Para transmitir en vivo
Un gordo indiana jones de periodista
Y dos tipos con cámaras al hombro. 
El ministro vino a ver el alboroto 
Y procuró tomas truculentas
Para parecer que salvaba la tortuga.
Algunos juran que vieron lágrimas quelonias
Que mojaron el brazo al funcionario. 
Entretanto cuidacoches y coperos
Cambiaban pedestres opiniones 
Alguna que otra cartera se perdía
Y los bomberos tristes se quejaban
Que la escalera del carro no servía. 
Vi a unos chicos del barrio buscar piedras
Tratar de arrojarlas desde lejos
Pero no tardó en llevarlos la perrera.
La tortuga entre tanto había crecido
Unas cuatro veces y cien kilos
Y parecía ir adquiriendo transparencia
Y en su vientre se observaban unas letras
Tipo logotipo de superman o dc comics
El asta empezaba a combarse
Porque un bicho así seiscientos kilos
Seguro tiene efectos tensores impensables.
Ya todos se habían resignado
El negociador policial buscaba 
La bolsa de confites de jengibre
Y en la lona salvadora para el salto
Daban clases de aeróbicos a gatos
Las palomas habían vuelto a picar sobre la plaza
Rumores de un concierto sostenían
A la masa idiota como masa idiota
Pero ninguna tarima aparecía.
Fue hacia las tres antes que llueva
Que por fin se tensó el asta lo que pudo
Vimos la tortuga dispararse
Y salir disparada al edificio.
Entró por los cristales abiertos como gigante bala
Se llevó el escritorio del ministro 
Y de paso la caja de puros del sujeto.
Dicen los testigos que la tortuga verde
Sí volaba sin necesidad de catapulta
-Algunos quedaron catatónicos-
Y que su baba es tóxica como el agua 
De una letrina en días de epidemia
Y que el logo de su transparencia
Dice FMI tras de ello una ese con barritas
Este animal nunca ha buscado suicidarse 
Buscaba llegar arriba 
Buscaba el control de todo
Y eso lo sabía el ministro
Desde siempre

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