DE PERICOS
AUSTRALIANOS
Viven veinticuatro horas como ausentes:
Tienen locos gorjeos sin mensaje.
No tienen programados largos viajes:
Saltan de norte a sur indiferentes.
En la noche, bajo sábanas calientes,
Podemos suponer que la fatiga
Les hincha levemente la barriga
Porque todo es silencio y nada ocurre.
La mañana siguiente se repiten,
Pues basta desvelar el escondite:
Los gorjeos, las alas, la comida
No temen a la muerte ni a la vida.
Cuando llega la sed, buscan sustento.
Están mirando nada como siempre.
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