ESE ETERNO RETORNO
La mosca llegó a las ocho. Puntual.
Cuando el café abre a las seis, no hay un alma
siquiera
Y todo está absolutamente limpio y la carne en
el freezer o empacada.
Ruido? Sí, mucho.
Cuando las cocineras empiezan a buscar las ollas
Cuando lavan todo mientras conversan casi a los
gritos
Con la licuadora encendida el percolador
borboteando
El pan viejo en el microondas
Y el olor del chocolate residual de la tarde
anterior bastante disipado.
Entonces se preguntan por la mosca
-Es muy temprano- dice la más vieja-
Ésa suele dormir como los gatos.
Y no se equivoca.
Esta vez ha dormido en la vidriera
Después del aplastón de ayer con un periódico
Luego que la mujer de la contraportada
La aplastara con sus nalgas de modelo
Sin el menor remordimiento
Ha debido reponerse de su muerte
Cosa que pasa varias veces cada día.
Entonces se ha apostado tapada por el marquiset
En guardia permanente como un boina verde
sigiloso
Para dejar que la rutina suba el paso
Que todos se ocupen de lo suyo
Y ella de su sopor acostumbrado.
Esto es un tanto paranoia
En este lugar no existen las arañas
Pero nunca faltan puritanos idiotas
Como los funcionarios de justicia que pasan por
la tarde.
Apenas ven una mosca se agitan
La manzana de Adán se les atora
Se quitan los zapatos como niños
Y trepan a las mesas como si nada supiesen de
modales
Son capaces de arrancar las alas de la mosca
Hacer un poquito de ping pong con lo que queda
O enterrarla como pasa falsa en el arroz con
leche de un amigo.
Terminada la jornada ya no hay mosca
Y el asesinato por higiene nunca es crimen
Y pueden volver a la oficina al bar o al mall
Cosa que no nos importa.
Lo que importa es ese milagro de la reposición
celeste
Ese renacer sin tercer día de modo que
Si miramos hacia las ocho de la noche
La mosca ha vuelto al techo y es la misma.
Su costumbre de volar en elipsis
De joder la gente de orejas destapadas
Esa mirada mini que intimida y nadie sabe
Ese dormir de segura puntualidad
En espera que sean las ocho
Las ocho y un minuto
Para posar sobre las empanadas
Los huevos estrellados los platos de las mesas
Hasta que llegue el golpe de game over
Y como si fuese un videojuego
Se repita el ciclo de pereza elipsis y comida
Y golpe de asesino sin tristeza
Sin remordimiento de novatos justicieros que no
cobran
Pero con un dolor de cabeza cabrón
Dios guarde esto tuviese música de fondo
Porque es demasiado sopapo en la cabeza
Porque debiese haber derecho a la renuncia
Vacaciones horas extra bono por rendimiento
Algún estímulo qué diga por qué esto
Porque simplemente esto nunca acaba.
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