viernes, 6 de noviembre de 2020

DE LA PIEDAD POR EL CONFESO


Mientras el asesino declara
El señor juez se aplica a matar moscas con el mazo
Hay por lo menos cinco volando desde ayer
Tampoco puede golpear duro
No vayan a despertarse los miembros del jurado
Mientras bebe agua escucha:
-Me contrataron para matarle, qué hay de malo?
El fiscal pone cara de relincho porque no ha podido lucir sus tácticas de acoso
El asesino un gordo bajito se rasca la cabeza
El defensor público lo acusa de baboso
Y una de las moscas se detiene sobre una pantalla sin sonido
El señor juez se levanta sigiloso se pone de puntillas
Captura el insecto con la mano y vuelve al escritorio
Corta una orillita de la página primera
Tiene el cuidado de no desprender palabra alguna
Lo dobla a la mitad y mete la mosca adentro.
Con una serenidad que le da fama
Oye todavía al declarante contar los apuros de su oficio
-Tenía el pescuezo duro: le di con una pala. Se desmontó mi brazo.
No me dan seguro de trabajo
El señor juez aplasta el papelito suavemente
La poca sangre salpica el escritorio
Entonces finge ojear el expediente
Ya el fiscal sabe que algo pasa
El defensor ha decidido hacerse un pucho
Y le pide fuego a su ayudante
El asesino declara
Reniega del monto que tributa
Porque le entrega a Hacienda medio crimen
Pues cuenta con todos los papeles
-Hay muchos cabrones que no pagan.
El sol se cuela en diagonal por la ventana
El vaso de agua luz atrae los bichos
Se sumergen en su vaso y vuelven luego
El juez ha tenido suficiente.
-Queda libre. Visíteme mañana y no me falle.
Le tengo un trabajo de exterminio.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Su observación es bienvenida. Gracias por leer.