sábado, 31 de mayo de 2025

DESENCANTO POÉTICO

DESENCANTO POÉTICO

 

Sapos sin sol

Pararrayos ecuestres

Perdón yo quería saludar a los poetas

He buscado la cita de Darío

Francamente me ha parecido zalamera

Le he dado un par de martillazos

Y he repensado un poquito la escritura

No puedo negar que la he cagado

Pero ésa no era la consigna

Digo yo que no persigáis la zanahoria

Ni muráis por los premios nacionales

Aprended a correr por el billete

Porque de nada sirven las volutas

Que nunca es el humo nutritivo

Sapos sin sol callad un poco

O al menos no copiéis la misma frase

El mundo es una polifonía de búsquedas perpetuas

Y uno debe disimular la miniatura

No buscando capturar a su reflejo

Digo que entre todo lo existente

El poeta es una minúscula col

O una tortuga taciturna y fiambre

Lo cual no resulta para nada interesante

El caso del lector es lo que vale

Viene a funcionar de ensaladera

En fin cuando Huidobro murió

Ya se había olvidado de la divinidad humana

“Cara de poto” le dijo a su mujer antes de irse

Y estiró la pata para siempre

Sapos sin sol pararrayos ecuestres

Poned a trabajar el seso no las mañas

Pedid que caiga un rayo en vuestro lomo


jueves, 29 de mayo de 2025

EN CUALQUIER LUGAR DEL MUNDO SON BASURA—POESÍA

EN CUALQUIER LUGAR DEL MUNDO SON BASURA

 

Dígannos qué les pasó a los héroes

Acaso era solamente fingidores

Miren que ha descarrilado el tren sobre el barranco

De repente ha bajado como fuego desde el cielo

Una luz de esperanza para todos

Dígannos qué les pasó a los héroes

Nunca pensaron socorrernos

Lo primero fue posar para la foto

Y firmar autógrafos para chicas lindas

Luego fueron rescatando joyas billeteras relojes 

Oro minerales agua petróleo y alimentos

Se olvidaron del consuelo de las víctimas

El general decidió hacer una llamada de socorro

Hizo encargo de un camión para remesas

Y otro y otro y otro 

Nos despojaron de identidad de ropa de riquezas

Nos convirtieron en títulos valores

Depositables en cajas de seguridad del extranjero

Díganme qué le pasó a los héroes

Finalmente descansaron en las rocas 

Pero el general hizo una señal a sus amigos

Para que levantasen los escombros

Esta vez sí fueron detallistas

Levantaron los fierros retoricidos

Desplazaron las piedras hacia el norte

Hicieron una pila con los muertos y los vivos

Le echaron combustible en demasía

Finalmente le prendieron fuego a la memoria

Desde lejos el rostro de los héroes sonreían

Parecían tipos de fuerzas especiales


lunes, 19 de mayo de 2025

ARS POÉTICA

ARS POÉTICA

 

Está sucia la caja de arena del poeta

Le sobran signos de puntuación y florituras

Hay demasiadas perlas aromáticas

Como si fuese una mierda la palabra cruda

Está sucia la caja de arena del poeta

Luego no se quejen si ensucia el resto de la casa

Si no puede estar a gusto en su letrina

Nadie va a impedir dejar su rabia donde quiera


domingo, 18 de mayo de 2025

UN QUINTAL DE DUDAS— opinión

UN QUINTAL DE DUDAS

 

Miro lo de Jafet Soto ambiguamente. Por una parte, me mueve esa común idea de aplaudir a quien dice las cosas de frente. Por otra, me pregunto qué llevó a Mary Munive a meterse con Jafet y me cuestiono si esto no es la acostumbrada ingeniería social donde el socio se disfraza de enemigo para garantizar la continuidad de un poder que simula alternancia.

No puedo olvidar la cercanía de Jafet con Patey, empresario bastante cuestionado en el flujo del dinero irregular y me digo que hay un paralelismo con Chaves y sus financistas.

Y subrayo que Patey y su televisora le hacen ojitos al viejo malcriado.

Reviso —y me quedo al bate— los posibles liderazgos que tienen las agrupaciones políticas del presidente y me digo que son tierra arrasada:  no hay presidenciables, merced a esa enfermedad mortal que es el personalismo. Esto acaso obligue a buscarlo en otra parte, sin perder por ello la importancia de ciertas afinidades en cuanto a intereses, cosa que tal vez no podamos comprobar

Ahora, lo que habilita a Jafet es la verbosidad de la ministra contra él. Así es cómo se elige al enemigo, la causa que se potencia. ¿Tenemos pues un nuevo abanderado que parece representar intereses populares o nos toman el pelo nuevamente?

NI idea, pero un estratega político empezaría a hacer mediciones para ver si es empoderable. Al rato y nos sale otro más de los que gobiernan con las patas, pero tiene la ventaja de ser famoso, de ser una estrella del deporte, tener un aura de fanático de su equipo —lo cual se puede ponderar como un micropatriotismo— y una larga espuela escuela en el mundo de los negocios.

En fin, que es un tipo potable para estos intereses. Muy temprano aún para saber si esto es casualidad o mano negra, pero cabe el chance de que incluso una provocación intencional, es decir, una bomba de humo de las que usa el Ejecutivo para diluir los debates de lo cotidiano se les salga de las manos.

Yo solamente quiero dejar en el aire todas las dudas. Y dar el tiempo para ver qué es lo que precipita porque por babosos nos vamos de cabeza ante aquella persona que abre la boca desde una posición visible y levantamos un mito respecto a unas palabras sueltas.

Lo mismo que decir que un frasco de maní de esos alargados que venden en el súper es un obelisco.


LA EFICIENCIA DEL OJO MILITAR— POESíA

LA EFICIENCIA DEL OJO MILITAR

 

No se preocupe presidente

Las guerras de ahora son higiénicas

Para eso tenemos la experiencia

Ese continuado aprendizaje de las fallas

Además ahora que matamos en masa y diferido

Nos resulta más difícil ver los rostros

Hemos decidido que son todos terroristas

A partir de la raza o de su credo

Y así nos evitamos el problema

Del daño colateral y de otras mierdas

De buscar el expediente de la diana

Esto simplemente es como el boliche

Uno barre otra vez cuando hace split

Para que todos los pines caigan de cabeza


jueves, 15 de mayo de 2025

LA INOCENCIA DEL DEMIURGO—poesía urbana

LA INOCENCIA DEL DEMIURGO

 

Dios es un sistema operativo

Pero la ram está recaliente y no funciona

El daño se expande en el sistema

Y aprovechan los locos asesinos

Para predicar su evangelio sanguinario

                                             por el mundo

Yo no sé de religión nada

Pero un cura me ha dado este pretexto

Y me parece bonito pensar

Que la creación no es un acto con malicia

Sino que a veces falla por fatiga

Desde Caín las siete plagas

A la enésima guerra de ladrones imperiales

No hay otra excusa que un fallo de energías

Y el creador no es malo ni bueno ni razona


CÓMO NO VA A AGÜEVARSE DIOS—POESÍA URBANA

CÓMO NO VA A AGÜEVARSE DIOS

 

Dios lava sus bolas y en la tierra llueve

Los poetas procuran capturar ese milagro

Y se enredan en frotamientos de mancebos

Pero olvidan que la función de la palabra

Radica en generar incendios por doquiera

Sin renegar de lo humano

Qué vida más puta

Comenta dios cuando mira tanto simio

Que piensa ser el divo del lenguaje

Y apenas trabaja con balbuceos de manual

Por qué no dejan que crezca libremente

La idea que puede cuestionarles

Tal vez tengan superficiales los cimientos

Son conservadores disfrazados de humanistas

Y no tienen idea del misterio

 


miércoles, 14 de mayo de 2025

UN ARAÑAZO DE LIBERTAD QUE NADIE CAPTA—POESÍA

UN ARAÑAZO DE LIBERTAD QUE NADIE CAPTA

 

Lo que quiere el gato es que le abran la puerta

Para eso maúlla embiste muerde rasca

Su dueño se limita a acariciarle el lomo

Le tira un juguete sobre la cobija

El gato no responde agradecido

Se para en dos patas pero no alcanza el pomo

Le angustia carecer de pulgares oponibles

Porque esa desventaja lo esclaviza

Si hubiese una ventana rota por lo menos

Aunque diese al vacío o a otro cuarto

El gato no toca su alimento

Sabe que en algún lugar hay un portillo

Una zona sin luz para el escape


miércoles, 7 de mayo de 2025

EL CLUB DE LAS BURBUJAS Y EL FOLCLOR ELECTORAL COSMOPOLITA— NARRATIVA/NOVELA EN PROCESO

EL CLUB DE LAS BURBUJAS Y EL FOLCLOR ELECTORAL COSMOPOLITA

 

Un enorme  valle blindado por bosques amurallados se incorporó a la institución que se hace pasar por universidad, pero que alberga algunos campos de entrenamiento militar y al cuestionado Club de las Burbujas.

Nadie entraba allí así nomás.  Por mucho tiempo, creí en la fachada académica de esa región maliciosamente inaccesible.

Pero durante muchos años en la prensa se publicaron campos pagados de un movimiento de ultraderecha que consideraba una amenaza al país vecino del norte:  Tierrardiente, lo cual es una estupidez del tamaño de una montaña pues tras la frontera vivían en esa época, allá por los ochenta, en plena guerra civil.
Primero fue la revolución que volteaba a la dictadura con guerra de guerrillas, pero luego fue la contrarrevolución dirigida por disidentes de la misma junta de gobierno que apenas un par de años atrás había volteado una tiranía de casi  cincuenta pirulos.

Lo que me dejó asombrado fue la primera vez que anunciaron campamentos de entrenamiento. Yo estaba aún muchacho, pero me quedó claro que en Malanga había grupos paramilitares tan obtusos como los de Colombia, capaces de cualquier cosa. La publicidad, sin embargo, no citaba la localización geográfica de las prácticas.

Me acostumbré a ver ese discurso panfletario en la página 3 cada martes. Había dinero de por medio, sin duda, la publicidad del diario que hacía circular tales barbaridades siempre fue la más onerosa del país.

Recordé eso años después cuando aparecieron siete mujeres asesinadas en una montaña cercana y los vientos mediáticos procuraron desviar la sospecha hacia un asesino serial que andaba de moda por los bosques del este.  Sobre todo, me llamó siempre la atención verificar que nunca las autoridades persiguieron —ni investigaron— la retórica fascista del Movimiento Malanga Patriotera, lo que sugería que estos nazis manejan contactos en instituciones y en alguna que otra oenegé que se cobija bajo supuestos ejercicios de caridad para funcionar como tanques ideológicos.

Quizá por eso se prohibió la navegación aérea por la zona y el Parque Nacional del contorno se puso bajo la administración de una fundación ligada al medio ambiente, pero cuya matriz está radicada en la república de Waspasia, hace décadas. Tuvo mucho cuidado la clase política de darle privilegios como la extraterritorialidad para terminar de blindar aquella zona escondida que ahora pretextaría ser un centro de investigación especializado en energías, lo cual escondería bien la alcahuetería de una clase política que se caga de miedo al pensar que ande por ahí un agente secreto de los grandes capitales que le llene de plomo el paladar.

¿Exagero…? No sé, lo que no puede dudarse es que esa zona no es accesible para el común de los mortales. La gente que trabaja allí o visita la zona, nunca cuenta su oficio. Así como la muchachita ésta que se inventó un futuro de aeromoza, hay gente que dice trabajar en aduanas o subirse a buques de los que tocan puerto apenas cada tres meses y cruzan de Europa a África y luego a Suramérica.

La cosa es que del puñado de sujetos de los que he podido verificar que han estado allí ganaban bien, no tenían nexos familiares conocidos y generalmente su condición física era óptima.

Los otros, los gordos que conocí, marionetas del poder que ejercerían la presidencia de alguna republiqueta bananera, de las que sueñan con el primer mundo cada cambio de gobierno, eran casi siempre soberbios y populistas. Les encantaba tomar una guitarra para hacerla mierda tocando acordes sin menor armonía para impresionar a las putas que suelen pasearse en los hoteles como si fuesen elegantes viajeras sin pasado.

Ah, pero fue allí, entrando como funcionario público, siendo un par de veces ministro de Joel y más tarde canciller del partido opositor que sacó del poder al enfermo ése, vía fraude, que pude romper los muros que me separaban de los grandes hijueputas. Las drogas, las sobredosis, la complicidad y la buena comida derritieron el hielo en cosa de tres semanas y fue así con eso y (con las encamadas con Roxa) que fui entendiendo que lupanar y poder son lugares de frecuente coincidencia de intereses.

Joel era uno de esos gordos hijos de puta que soltaban la lengua, merced a los excesos.  Sin embargo, su caída no fue por su locuacidad y mucho menos por alguna timidez en sus decisiones que le hiciese derivar a algún rasgo de honradez: fue simple matemática de votos.  Suele pasar en estas latitudes que el 80 % de los políticos hacen fraude, pero si les falla es nada más porque no dimensionaron bien la cantidad de votos a comprar o sembrar en las urnas.

Es que muy tercermundista —y muy universal también— es que en una urna donde votan cincuenta electores, el conteo arroje doscientos votos para uno; cincuenta para el opositor y dieciséis más para el tercero (aparte de eso, seis votos nulos)

¿Y el Consejo Electoral?  Muy bien, juntando moneditas para comprar miles de ábacos con bolitas plásticas azules para que los fiscales de mesa no tengan la excusa de haber nacido con dedos adicionales.


martes, 6 de mayo de 2025

YA QUE NO PUEDO DARLE UNA PATADA AL SEÑOR BURGUÉS…- POESÍA URBANA

YA QUE NO PUEDO DARLE UNA PATADA AL SEÑOR BURGUÉS…

 

Al poeta risueño he querido

Meterle una apoterósica patada

Que lo envíe al lado oscuro de la luna

Una vez lo intenté

Pero tenía suelta mi agujeta

Mi zapato izquierdo no pudo hacerle diana

En su culo burgués de adormilado

Mi zapato atravesó el aire como un cohete

Ha de haber matado una cotorra

Porque escuché muchos gritos en el parque

Hice el tonto al entorno quedé en trance

Estuve esperando su caída

Pero un dolor de nuca insoportable

Me hizo pedir una cerveza y luego otra

Y amanecí durmiendo en estación de bus

Con mi zapato derecho huérfano del otro

Verán ustedes yo creo en el poder de la palabra

Y creo en la urgencia de las voces

Para registrar los males de la época

No comprendo para qué hacer ejercicios costumbristas

Ni los poemas de amor calenturiento

No entiendo demasiado muchas cosas

Mucho menos el concepto de enemigo

Que utilizan las voces de derecha

Para todos los reclamantes de justicia

Tengo claro que se está desperdiciando la poesía

Se derrocha el papel como si nada

Se banaliza el flujo de la idea

Y la nada nos vuelve digitales

Para así contrarrestar nuestra potencia

Los dueños del mundo siguen socando los tornillos

Las fajas del potro están tilintes

Pero primero se rompe el torturado

El obrero el maestro el ciudadano

El ama de casa la activista

Porque no quedan criterios sobre el mundo

Para respetar al otro que no somos

Me parece que es más ofensa que el silencio

Dedicarse a ver las flores de las tumbas

Cuando el cementerio es testimonio

A secas de la muerte

De la voluntad de muerte y del despojo

Del triunfo del dinero y de la guerra

Del cero estado final de los relatos


sábado, 3 de mayo de 2025

BOCETOS SUELTOS DE 3553 (1) —NARRATIVA / FRAGMENTO DE NOVELA

BOCETOS SUELTOS DE 3553 (1)

 

Por respeto —y por seguridad— de la agente alias Roxana, no voy a usar su apelativo sino lo necesario. Cuando sea necesario, la haré 3553 aunque no hay tantos espías en esta área (quizá, doscientos a lo mucho). Ocurre que 35 es la edad que tenía el personaje a la hora de su muerte y tengo cierta vocación por la cifra capicúa y el palíndromo.

Ya me fui de boca contando de más. Suele pasar que la gente no le gusta leer vidas de muertos, a menos que sean bandoleros, santos o políticos.

¿Acaso no es lo mismo —tres en uno— el personaje éste que tiene dos o más vidas, de las cuales ninguna le pertenece?

Cosa de ocho o diez años atrás (esta novela no es para esclavos del calendario, ¿capisce?

—Te aviso que me mudo a fin de mes. Puedes ir buscando nueva roomie.

—Y ahora, ¿qué putas te pasa?

—Me voy del país. Quiero ser aeromoza.

—Cuando pases por acá, necesitarás donde quedarte— réplica de su compañera de piso, Carola.

—Tengo amigos- Alguno de ellos me recibe.

—No lo dudo— el tono de la mujer es ligeramente morboso.

Roxana, que para su compañera no se llama así, pues desconoce su oficio saca un vapeador y mira por el ventanal hacia abajo: está lloviendo mucho.

—Reconozco que este lugar es acogedor y más cuando hay aguacero tupido.

Es claro que le hemos bajado decibeles a la lluvia para hacer posibles los diálogos (en la literatura, los efectos especiales no tienen límite).

—¿Estás sin plata?

—No. En serio, quiero cambiar de rumbo y ya me estoy capacitando para andar en las nubes. Sería tonto gastar pesos en vivienda si nunca voy a estar o alguien puede alojarme. ¿Tenés una poca de esencia de vainilla?

—Creí que desconfiabas de todo el mundo— Caro le lanza una botellita que hace unos cuantos malabares aéreos antes de caer sobre el sofá.

—Bueno, tengo un noviecillo.

—¡Qué guardado te lo tenías! Y el tipo, ¿qué?, ¿cómo se llama?, ¿qué oficio tiene?

—No jodas, se dice el santo y no los milagros. Es un chavalo casado, así que tranqui. Solamente te cuento que tiene un aparta desocupado en el octavo nivel de una torre. Un lugar muy seguro. Yo sólo converso con el vecinito, Michel. Cuando mi novio me habló de él, me aseguró que se llama Gru. “Es extranjero, pensé”, pero el nene tenía esa pinta de los nenes de ocho años víctimas acostumbradas del bullying por cargarse un estereotipo de perdedores: gordillo, enano, con una voz nasal molesta.

Tarde un par de semanas para entender que era una alusión al villanillo de las pelis animadas. Es que nunca las veo ni me interesa hacerlo.

—Cabrona que no aprendés Luego del italiano que te moreteaba los ojos, otro roco viejo. Tras de ello, te trata como tonta…Mirá, vos. No me anotés como número de emergencia.

La que no es Roxana, sino la real, piensa que los maltratos son gajes del oficio pues es normal que tarde o temprano a cualquier espía le partan el hocico o le peguen un plomo. Claro, hay minucias que a nadie se cuentan porque entonces no servís para el agente o se te acaba la cuerda ayer.

Además, qué ganas va a tener de quedarse a hablar mierda cuando lo que le urge es ir a tragar pastillitas porque eso le mantiene el ánimo a tope y solamente así es posiblemente sostener ese castillo de mentiras que le toca vivir?

“No hay que irse de la lengua, Rox”, se dice y de un brinco se pone de pie y se desplaza ágil para encerrarse en su habitación con el noticiero de la tevé puesto a sesenta decibeles.

Entretanto, llena libretillas con taquigrafía, las cuales han de contener sus reportes o su memoria.Descarga algunos audios y fotos en su laptop y casi adivino que los envía de inmediato. O quizá los preselecciona, igual que lo haría un jugador de póker avezado en busca de ser discreto hasta que llegue el mejor momento.

Me niego a cambiar el párrafo anterior, a pesar de que contiene una exageración de incertidumbres. Porque vaya a saber uno, qué diablos quiere el personaje más allá de lo evidente—porque quién putas que se ponga a escribir una novela tiene y quiere—para espiar a fondo al personaje— aprender sobre codificación, encriptación y demás complicaciones que han sido siempre un detonador para la calvicie de las cejas.


martes, 29 de abril de 2025

LOS COLEGAS SE ENTIENDEN FÁCILMENTE - NARRATIVA (FRAGMENTO DE NOVELA EN PROCESO)

LOS COLEGAS SE ENTIENDEN FÁCILMENTE

 

—Estoy pasando un mal tanto, demasiada presión y tengo miedo. No sé qué pretende ese señor, pero no voy a contestarle.

Cuatro mensajes de texto y otros tantos audios me parecen acoso. Ni siquiera he querido escucharlos, pues hoy el mundo está saturado de locos peligrosos.

Hace dos sábados fue que intentó localizarme. Tuve que decirle a mi hermana que contestase ella y le dijese que yo estaba dispuesta a proceder judicialmente si persistía el acoso.

La respuesta no tardó en llegar. “Ud es la amiga de fulano”. Y ese fulano es un ministro de Estado al que yo en mi vida he llegado a ver frente a frente. Es el ocupó el lugar del viejo calvo viejillo que se compró una villa con la plata del fondo de becas para estudiantes de bajos recursos.  Semanas después, el departamento contable sufrió un siniestro y las llamas no dejaron ni los cimientos. Supuestamente una explosión a causa de cuatro bidones de combustible que estaban almacenados en el parqueo.

De esto se valió para acusar a la tesorería institucional de desfalcar la institución y quedar libre sin necesitar fingir una enfermedad terminal, cosa que sí hizo décadas atrás otro infame ministro de gobierno condenado a prisión por peculado.

El asunto, colega, es que he quedado nerviosa, paranoica. La sensación de pánico a las puertas, la inmediatez de un acto de violencia, de un secuestro, de que allanen mi aparta.

Tengo la certeza de que trabaja para alguien que quizá hasta ha pagado para seguirme.

He pensado hasta en comprarme una 38, pero nada hace una con eso si no sabe disparar o va a tener duda. Además, considere que mis recursos no son tan amplios: desde que fui suspendida de la práctica profesional he debido reinventarme. Ahora soy terapeuta holística pues hasta allí no me alcanza el colegio profesional.

—No entiendo. ¿Le ha hecho daño a alguien? ¿Se ha metido en problemas?

—Líos financieros, sí. Si tuviese el dinero no vendría a la seguridad social a perder la mañana y sintiendo que me sigue un láser o espían mi celu.

—Y, ¿qué pretende usted de mí? — pregunta el galeno al que ponemos en un rincón del consultorio no le alcance la penumbra.

—Psicotrópicos, amigo, en cantidad. Vea que tengo un par de cicatrices que me generan malestar todo el tiempo. Consumo morfina como agua.

La silueta del fondo levanta la mano con la palma de frente, como si fuese un oficial de tránsito.

—Espere. Yo no puedo caer en problemas. Sé por qué la suspendieron a usted.

—¿Está seguro, caballero? — y la mujer hace el mohín típico de la Monroe que derritía icebergs de forma tan rotunda que pudo haber salvado al Titanic, pero ella no estaba en el mundo en aquel nefasto 1912.

El gesto hace efecto a medias en el médico. Tiene seguramente otras preferencias, pero ese parecido con la inmortal rubia platino siempre le ha doblegado las emociones.

Súmele a eso un fajo de dólares que la chica agita entre sus manos como el abanico seductor de una geisha.


viernes, 18 de abril de 2025

UNA TARDE ENTRE AMIGOS— NARRATIVA/NOVELA EN PREPARACIÓN

UNA TARDE ENTRE AMIGOS

 

Washington ya no tenía dientes, pero no le afectaba. Su alimentación basada en papillas suaves y algunas vitaminas que se le agregaban al plato, le habían proporcionado cierta estabilidad en la vejez para que al menos no pasase postrado.

Así que cuando llegué al living de Jonás y el perro se me vino encima, me llevé un susto grande, pero mayor fue la babeada que me empapó la pierna derecha. El ama de llaves me facilitó presurosa un paño blanco y, más tarde, el perro se vino a echar en el mismo sofá donde yo esperaba al presidente electo.

Me extrañó que me llamase, lo reitero. No éramos amigos ni compañeros de clase. Cruzamos algunas palabras antes, quizá en tres o cuatro ocasiones. Encuentros circunstanciales, colectivos, brevísimos.

Ni siquiera una taza de café hasta ese día que me llamó y me citó para las tres del día siguiente.

Mientras aparecía mi anfitrión, yo miraba a la puerta en busca de otros invitados, pero no ocurrió. La que primero bajó fue la esposa, Lili, con el paso lento generado por la ciática y el cuidado que exige caminar con el rostro vendado, merced a una cirugía estética que no ha concluido su tiempo de reposo.

—Hmmspff— me dice.

—Bien. gracias— respondo poniéndome de pie y simulando darle un beso en la mejilla a esta señora que parece la momia de Titanes.

—Hmmspff— repite (pero ahora le habla al ama de llaves).

Entonces, la mujer me invita al comedor y yo le sigo. Doña Lili, sin embargo, no se acerca, sino que se va, como gallina ciega, tocando paredes, tanteando muebles hacia el fondo del corredor, donde presumo que ha de haber una terraza o un studio donde le place ejercer la soledad.

La luz entra sin mayor violencia por los grandes ventanales y la puerta de vidrio corrediza está abierta para que la casa se mantenga ventilada. Trato, pues, de estimular al perro para que salga al patio y deje de revolcar contra mis rodillas, pero él no acata ni descansa. Veo algunas pavas en lo alto de las palmeras y pienso que son pájaros feos y que solamente la mitificación de la naturaleza puede explicar que la gente guste de estar rodeada de paisajes exóticos.

En otra habitación, se oye un canal de noticias que relata la calamidad del incendio de anoche en un precario del sur. La tragedia se origina en la explosión de una bodega de pólvora clandestina, pero se acrecienta por la carencia de agua que sufren esos barrios. Se me cruza en la mente, a modo de flashazo, que Joel fue presidente ejecutivo de la Compañía Nacional de Cañería Popular, la responsable de llevar el líquido por todo el país, pero lo único que consiguió fue un aumento tarifario del cuarenta por ciento y un par de licitaciones deficientes que cuestionó la Contraloría Nacional por estar diseñadas a dedo para X proveedor.

Hecho que ni me preocupa porque acá es como ver llover.

El futuro mandamás demora unos quince minutos en bajar, lo cual no me indica que sea pedante o impuntual ya que no lo he tratado tanto. Va directamente hacia el bar y trae dos vasos y la botella de whisky.

—Gracias por venir— frase protocolaria que tampoco me permite emitir criterio todavía— Vamos por un traguito ahí, junto a la piscina.

No suelo tomar sino en celebraciones, pero accedo. Mi ego dice que, si me ha llamado luego de ser elegido, tiene un lugar para mí en su gabinete.

—Vos no terminaste la carrera— me dice—. Sé que has trabajado como asesor en la Asamblea, merced a la influencia de tu tía.

Me parece un golpe bajo, pero disimulo. Me pregunto a qué viene eso porque no sabía yo que fulanito tuviese la costumbre de bajarle el piso a cada interlocutor para así sentirse más seguro.

—No, no— respondo—. Ha sido el profesor Cárdenas, el de Política Internacional, quien me ha recomendado.  Tuve la suerte de llevar un par de cursos con él e incluso me dejó ser su asistente durante el último año que anduve.

—Y, ¿por qué no terminaste? — su sonrisa un tanto socarrona me empieza a sacar de sitio.

Pienso que esto es de verdad una entrevista de reclutamiento, lo cual tiene algo de humillante pues nunca solicité tal cosa. No obstante, respondo en breve_

—Se murió mi tata. Tocó que me pusiese a trabajar.

Supongo que la frase me ha blindado un tanto porque entonces abre un poco el arco temático y entramos, a los minutos, en aquello que nos convoca:

—Estoy formando gabinete. Necesito todavía tres o cuatro ministros. Vos serás uno de ellos.

Alego que tengo ese bache curricular, pero me tranquiliza de inmediato:

—Eso lo arregla mi equipo. No perdás el tiempo con temas tontos.

Que yo sepa este muchacho no tenía equipo alguno. Lo que pasa es que al haber triunfado se aproxima toda la rapiña que quiere un puesto de poder. Eso o que, cómo dicen en los corrillos, el poder está en otra parte y el presi no es otra cosa que un empleado temporal del poder, un agente ejecutor como aquel taimado de la CIA que hizo una peli sobre trata y luego se le vino encima todo el teatrito porque lo acusaron de violaciones, de estafa, de teatralización.

Es decir, si la escena queda bien montada, se retira como héroe al fin de su mandato. De lo contrario, sus mismos jefes pueden montar la operación para llevarlo en cana o desprestigiarlo.

Eso garantiza obediencia.

—¿Y dónde entro yo? — pregunto interesado.

Joel coge una piedra que arroja contra una iguana que toma sol a la orilla de la malla, entre las hierbas.

—Ministro de Ambiente te quedará bien.

Con lo que detesto el lenguaje jurídico, me da náuseas pensar en asumir esa cartera. Me chantajeo solo al pensar que para eso tendré un piñazo de asesores y yo haré lo que casi todos los ministros saben hacer:  poner el tarro ante las cámaras.

—No sé si quiero. Usualmente lo público termina en demandas, en colochos enormes.  Y se pelea contra organizaciones bien asesoradas.

—No es tan grave. En esto siempre elegimos al amigo y jodemos al enemigo. Y si transamos en algo indebido, los mandos medios están allí para ser castigados pues son los responsables de los informes y de las recomendaciones. Yo mismo tuve denuncias por una licitación y lo solucioné fácil. Una subordinada acusó a las dos funcionarias de hurto, de robarle un par de cadenitas y dinero, y les abrieron un órgano directivo.

La consecuencia fue una patada en el culo. Las han dejado cesantes y nadie más ha querido abrir la boca sin pensarlo antes.

Recuerdo eso, pero no contesto. Miro con cierta severidad el tema y me limitó a mover el rostro afirmativamente de modo casi imperceptible. Veo que el hombre se ufana de ser mañoso, de llevar el poder a una ética de la conveniencia.

—El salario no es gran cosa— comentó—. Debe andar apenas arriba de los dos millones.

—¿A quién le importa el salario? Lo que tiene el cargo es el poder de decidir, las influencias. ¿Sabés cuánto paga un empresario por garantizarse una concesión? Imagínate para vos el 5% de varios millones de verdes. Y libres de paja y polvo en la banca de Panela o en Andorra.

—Suena tentador.  ¿Qué hay detrás?

—Bueno, una contribución para el partido que debe venir en efectivo. Son veinte palos.

—Ah, no­. No los tengo. No manejo deudas, pero tampoco patrimonio.

—Eso tiene arreglo. Tu mujer tiene propiedades, tus suegros también. Haz que traspasen, la de cinco hectáreas a una fundación por un precio simbólico. Claro, no vas a recibir vuelto alguno, pero lo haremos ver como una transacción. Mi nombre no aparecerá en el chorizo, sino que esa entidad juega para mis intereses lateralmente.

A esas alturas, me siento tenso. Debo confesar que al venir sabía lo que me esperaba. Que nada de lo propuesto me es ajeno y que uno oye cómo opera la corrupción todos los días:  favores, mañas, amarres. No hay lealtad posible en un sujeto que no tenga trapos sucios que tema ventilar.

¿Qué sabrá Joel de mí para hablarme con tanto desparpajo?

Como si yo no supiera que en la política existe el espionaje, el basureo, la hermandad siniestra de los puñales y los besos de Judas.

Washington se acercó de nuevo a nuestra mesa tan sólo `para mearme el pantalón, pretexto que sirvió para cortar un poco el asunto.

—Pensálo bien. Tenés quince días para el dinero. Nosotros ya estudiamos tu currículum— subraya con nula sutileza mientras me estrecha la mano.

Y yo digo que hay hijueputas en el mundo y que debe ser una ley del magnetismo inversa porque polos corruptos se atraen entre sí.