sábado, 3 de mayo de 2025

BOCETOS SUELTOS DE 3553 (1) —NARRATIVA / FRAGMENTO DE NOVELA

BOCETOS SUELTOS DE 3553 (1)

 

Por respeto —y por seguridad— de la agente alias Roxana, no voy a usar su apelativo sino lo necesario. Cuando sea necesario, la haré 3553 aunque no hay tantos espías en esta área (quizá, doscientos a lo mucho). Ocurre que 35 es la edad que tenía el personaje a la hora de su muerte y tengo cierta vocación por la cifra capicúa y el palíndromo.

Ya me fui de boca contando de más. Suele pasar que la gente no le gusta leer vidas de muertos, a menos que sean bandoleros, santos o políticos.

¿Acaso no es lo mismo —tres en uno— el personaje éste que tiene dos o más vidas, de las cuales ninguna le pertenece?

Cosa de ocho o diez años atrás (esta novela no es para esclavos del calendario, ¿capisce?

—Te aviso que me mudo a fin de mes. Puedes ir buscando nueva roomie.

—Y ahora, ¿qué putas te pasa?

—Me voy del país. Quiero ser aeromoza.

—Cuando pases por acá, necesitarás donde quedarte— réplica de su compañera de piso, Carola.

—Tengo amigos- Alguno de ellos me recibe.

—No lo dudo— el tono de la mujer es ligeramente morboso.

Roxana, que para su compañera no se llama así, pues desconoce su oficio saca un vapeador y mira por el ventanal hacia abajo: está lloviendo mucho.

—Reconozco que este lugar es acogedor y más cuando hay aguacero tupido.

Es claro que le hemos bajado decibeles a la lluvia para hacer posibles los diálogos (en la literatura, los efectos especiales no tienen límite).

—¿Estás sin plata?

—No. En serio, quiero cambiar de rumbo y ya me estoy capacitando para andar en las nubes. Sería tonto gastar pesos en vivienda si nunca voy a estar o alguien puede alojarme. ¿Tenés una poca de esencia de vainilla?

—Creí que desconfiabas de todo el mundo— Caro le lanza una botellita que hace unos cuantos malabares aéreos antes de caer sobre el sofá.

—Bueno, tengo un noviecillo.

—¡Qué guardado te lo tenías! Y el tipo, ¿qué?, ¿cómo se llama?, ¿qué oficio tiene?

—No jodas, se dice el santo y no los milagros. Es un chavalo casado, así que tranqui. Solamente te cuento que tiene un aparta desocupado en el octavo nivel de una torre. Un lugar muy seguro. Yo sólo converso con el vecinito, Michel. Cuando mi novio me habló de él, me aseguró que se llama Gru. “Es extranjero, pensé”, pero el nene tenía esa pinta de los nenes de ocho años víctimas acostumbradas del bullying por cargarse un estereotipo de perdedores: gordillo, enano, con una voz nasal molesta.

Tarde un par de semanas para entender que era una alusión al villanillo de las pelis animadas. Es que nunca las veo ni me interesa hacerlo.

—Cabrona que no aprendés Luego del italiano que te moreteaba los ojos, otro roco viejo. Tras de ello, te trata como tonta…Mirá, vos. No me anotés como número de emergencia.

La que no es Roxana, sino la real, piensa que los maltratos son gajes del oficio pues es normal que tarde o temprano a cualquier espía le partan el hocico o le peguen un plomo. Claro, hay minucias que a nadie se cuentan porque entonces no servís para el agente o se te acaba la cuerda ayer.

Además, qué ganas va a tener de quedarse a hablar mierda cuando lo que le urge es ir a tragar pastillitas porque eso le mantiene el ánimo a tope y solamente así es posiblemente sostener ese castillo de mentiras que le toca vivir?

“No hay que irse de la lengua, Rox”, se dice y de un brinco se pone de pie y se desplaza ágil para encerrarse en su habitación con el noticiero de la tevé puesto a sesenta decibeles.

Entretanto, llena libretillas con taquigrafía, las cuales han de contener sus reportes o su memoria.Descarga algunos audios y fotos en su laptop y casi adivino que los envía de inmediato. O quizá los preselecciona, igual que lo haría un jugador de póker avezado en busca de ser discreto hasta que llegue el mejor momento.

Me niego a cambiar el párrafo anterior, a pesar de que contiene una exageración de incertidumbres. Porque vaya a saber uno, qué diablos quiere el personaje más allá de lo evidente—porque quién putas que se ponga a escribir una novela tiene y quiere—para espiar a fondo al personaje— aprender sobre codificación, encriptación y demás complicaciones que han sido siempre un detonador para la calvicie de las cejas.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Su observación es bienvenida. Gracias por leer.