Textos., poesía y novela. Ver la web en https://adanadolfovivas.academia.edu/
jueves, 5 de diciembre de 2024
martes, 3 de diciembre de 2024
REQUIESCAT IN PEACE- POESÍA
REQUIESCAT IN PEACE
Acá no hay nada que explorar no se preocupen
Nos mueven la doctrina del salvaje
Los que tienen algo quieren todo
Y han puesto en lugar de dios un cementerio
Trovadores victorianos lanzan cánticos racistas
Que incorporan al folclor los eruditos
Los periodistas hablan de cosas banales
Por ejemplo la historia oficial
Nuestra vocación de borregos colabora
Ellos dan la vuelta de tuerca sobre el tema
La lluvia cae siempre en calle siete
Miren el cuartito de madera
Solamente la antena de TV sobrevive el aguacero
Allá van flotando las piltrafas y las ropas
Comunidades virtuales nos distraen
Nos hacen enredarnos en mentiras
En las redes simulamos diálogos de momias
Ningún emisor piensa el mensaje
Y quiere aniquilar la disidencia
Aquí estamos
Pero no como los hombres de Guillén
Nuestro estado actual es lo contrario
No nos llega palabra con sentido
Son estrictos insultos guturales
Y la selva de cemento crece afuera
La ciudad con sus ruidos digestivos
Nos hace creer que conversamos
Y que algún baqueano va a salvarnos
Cuando todo este concreto nos sepulte
viernes, 29 de noviembre de 2024
PLAZA VACANTE-POESÍA
PLAZA VACANTE
Finge que no está roto el mundo no le importa
Es bastante dado a la pereza
Gusta quitarse piojos del cabello
Le gusta soñar con las tormentas
A veces habla a gritos a los locos
Luego suele entrar en un letargo
Cuando despierte suele asesinar sus muñequitos
Casi de inmediato los reemplaza
Es que le gusta el caos la violencia
Tiene vocación por la tragedia
Le piden que haga algo por los otros
Él piensa
que le exigen demasiado
Y dibuja
un sol una pradera
Y también
una ojiva nuclear al costado
Finge que
no está roto el mundo no le importa
Nadie
quiere darle aviso
De que hace
poco lo echaron del trabajo
jueves, 21 de noviembre de 2024
HANDICAP- POESÍA
HANDICAP
Apuesto quince a uno
A que Sísifo muere sin haberse jubilado
Quizá lo está deseando
El ingreso no le alcanza
No le pagan horas extra
Ya son débiles sus huesos
Tiene un riñón que llora sangre
Y la carta de aprobación no llega
No tiene ingresos suficientes
Para esperar en casa el telegrama
Paga vencidas las facturas
Y tiene noches imposibles
Donde sólo se sueña trabajando
Ésa es la única memoria de sí mismo
Un hombre bajo el sol que empuja siempre
Cualquier día el corazón le falla
Yo apuesto quince a uno que no llega
Casi siempre vencen los gusanos
miércoles, 20 de noviembre de 2024
PERINOLA - POESÍA
PERINOLA
Mira girar la perinola
Alguien está metiendo la mano en tu bolsillo
El artefacto está cargado
Hay dos caras que salen con frecuencia
Gana todo pierden muchos
No importa en esto la superficie de la mesa
La ciudad está tomada por tahúres
Si te fijas bien no hay otras leyendas en las caras
Siempre resultan los mismos ganadores
Mira girar la perinola
Haz la fila en el banco paga la hipoteca
Haz horas extra haz trampas con tus pares
Evade todas las reglas de este juego
Si te pones moralista te has jodido
Esperas por la suerte que no existe
martes, 19 de noviembre de 2024
TRANSACCIÓN DE DOLO EXISTENCIAL
TRANSACCIÓN DE DOLO EXISTENCIAL
Vendo el alma
No acepto ofertas miserables
Mucho menos el engaño de la fama
Ni la bochornosa lluvia de dinero
Ni la promesa de un yate varado en el desierto
Vendo el alma
Ya estoy de vuelta de todos los espejos
He disparado a los oasis y eran burbujas aceitosas
Me quedaba sólo un amargo sedimento
He sufrido cien veces la lluvia de granizos
Mis cortes en la piel son evidencia
Pero no son motivos suficientes
Para dejarme chantajear por la esperanza
Vendo el alma
Soy una cáscara mohosa
Un.mortal que ha dado muerte a todo mito
Yo sé que cuando muera
No hallaré un edén menos infiernos
Lo que toca es borrón obligatorio
Fausto transó el alma y Gray lo mismo
Pero en mi caso ganó yo contra el engendro
Porque vendo un intangible que no existe
MIDAS AL DESNUDO -POESÍA
MIDAS AL DESNUDO
Cuando se presentó por el puesto
Fulano aspiraba a grandes cosas
Pronto tendría de todo a manos llenas
Además del aura de su jefe
Que le abriría todas las puertas de inmediato
Fulano no tenía reparos morales
Estaba más que dispuesto a las vergüenzas
No tenía pensado a hacer preguntas
Solamente pondría las manos desnudas por su jefe
Es que no sabe limitar las ambiciones
Y quiere comprar carruaje propio
Por fin cuando su jefe lo convoca
El tipo hace un cuenco con las manos
Para comprobar con un ahogo sostenido
Que aquello le mancha su ropaje
Porque suele pasar que no da la talla este sujeto
El señor jefe rey Midas no caga oro ni por broma
domingo, 17 de noviembre de 2024
LLEGAR A COMALA POESÍA
LLEGAR A COMALA
Uno tiene que entender que el camino ha terminado
Y está bajando a toda prisa
Aunque no sienta la resistencia del aire
Las ramas quebradizas
La luz efímera de la tarde
Que eclipsa de repente
El olor a tierra humedecida
La tierra dispareja y removida
Los murmullos químicos internos
Los murmullos del polvo su memoria
Plagada de rencores como una siniestra baba
El hambre insatisfecha ahora innecesario simulacro
El olor a pólvora de algunos semejantes
La hediondez de miseria de este pueblo
El sol que ya no vuelve cada día
viernes, 1 de noviembre de 2024
LA NECIA COSTUMBRE DE CREER-POESÍA
LA NECIA
COSTUMBRE DE CREER
He perdido
horas explorando el laberinto
En el común
ejercicio de ser necio
He topado
con paisajes repetidos
E incontados
callejones sin salida
He visto la
lluvia y el sol sobreponerse
He visto
crecer la mala hierba
Y las enredaderas
tapar viejos caminos
Yo estoy
seguro que estoy lejos del centro
Pero también
sospecho de este sitio
Yo quiero
enunciar que todo es trampa
Que todo lo
que sufro lo imagino
Y hasta la
complicación de los senderos
Es un simple
artificio de alguien loco
La idea de
que vienen a matarme
Que alguien
venga a acabar con mi tortura
Es otra
fantasía sin arraigo
Porque soy
un olvidado a secas un lagarto
Desconozco
si algo existe en las afueras
De noche no
transito mayor cosa
A veces me
escondo bajo tierra
Y eso realmente
me da calma
Porque es
como tener una cobija
Entonces cierro
los ojos y de pronto
La penumbra
se torna un infinito
Ya no
percibo moléculas ni lluvia
Es posible
que ni aire necesite
Yo digo que
la libertad está en el sueño
Allí siempre
germina la semilla
jueves, 24 de octubre de 2024
NARRATIVA- AMISTADES DE CORTA DURACIÓN
AMISTADES DE CORTA
DURACIÓN
Primera cosa, no dejarse llevar por ese estúpido cameo de pies anónimos que nos hace seguir los pasos de un sujeto que camina por el borde de la acera y al llegar en paralelo a la puerta de una cantina, gira noventa grados, y se introduce sin parsimonia alguna.
Sucede
que ese no es el sujeto que buscamos. Nosotros hemos debido ingresar a una
ferretería situada setenta y cinco metros antes, la de las rejas color ocre,
que tiene mangueras con el cincuenta por ciento de descuento. Nuestra persona
de interés es un tipo gordo, cincuentón, mediana estatura y con un águila tatuada,
sobre el brazo izquierdo, a la que le falta la serpiente, pero es sin duda, el
símbolo de la república mexicana. José Filadelfo Quiñones, así se llama, anda de trabajo y le urge reponer la que rompió el
perro del último cliente, uno de esos de quijada potente que supuestamente no
hace nada, pero que se ha divertido mucho haciendo de la vieja Karcher, un verdadero
juguete que se convierte en estopa.
Nos
devolvemos pues y nos perdemos el saludo entre vendedor y cliente. En estos
momentos, el hombre que se dedica a jardinería, mantenimiento y reparaciones de
todo tipo en casas del oeste de la ciudad, está mirando al cielorraso desnudo, de
cuyas barras de perling cuelgan herramientas pesadas suspendidas por alguna
cadena con candado, pero que no dejan de amenazar al que camina allí abajo con
un accidente definitivo.
Por
cierto, son las once y veinte y vale preguntarse qué hace acá este hombre si
está en día de trabajo y un obrero ha debido empezar temprano para que el
tiempo rinda porque no gana bien en el oficio, a menos que esté dispuesto a
perder contactos cada vez que cobra. Y, sin embargo, véale el rostro al señor
Quiñones y sabrá que hubo borrachera anoche, como todas las noches de los
últimos cinco años y que, aunque es un buen operario en todo lo que hace, tiene
ese pecadito que atenta contra la regularidad y el éxito de su oficio.
Usted
y yo miramos hacia adentro y, luego de dar un golpe de vista sobre el sujeto, vemos
que hay otros clientes delante en espera. Dos viejitas vestidas conservadoramente
y con zapatillas bajas, con sombrerito de paja, un hombre de pantalones de
mezclilla algo rotos junto a su perro callejero y de pelambre azabache y larga,
un agente de reparto de equipos eléctricos con su tablet en la mano, distraído
mientras juega alguna cosa que, imaginemos, puede ser Tetrix.
No
obviemos también la cantidad de canastas plásticas, atravesadas en el lobby
mismo que contienen infinitud de ofertas que van desde arandelas hasta palas y
aparatos de medición electrónica especializada.
En
ese recorrido tardamos tres minutos.
Entonces
caemos en la cuenta que no nos hemos perdido de nada. El encuentro del
reparador con el empleado de despacho no ha ocurrido y, posiblemente, ocurra
otra cosa. Usted sugiere que un ataque de tortícolis y yo insisto en mi hipótesis
de que alguna herramienta suspendida del techo amenaza con caer y que don José
Filadelfo está preocupado por ello.
Cómo
nada avanza, miramos los relojes —usted es zurdo y yo derecho— para
sincronizarlos.
Seguimos
en observaciones inútiles por ejemplo de tipos de broca, de lo cual no tengo yo
el menor concepto, pero —para decir algo— comento que están caras, demasiado
caras. Usted asiente casi que lacónicamente, tanto que me da ganas de romperle
la cara por juega de vivo. Claro, ha tenido la prudencia de venirse bien vestido
para no levantar comentarios incómodos sobre su vocación de mirón.
En
este momento, hay ligero escándalo porque a una de las señoras mayores le han
rechazado el pago con tarjeta. Sin embargo, parece que la segunda la conoce e
intercede diciéndole “cuánto es, yo pago y luego me lo arreglás” y asunto
concluido y olvidado, pues qué repugnante es para un cliente deficitario ser
exhibido en el área de ventas como si fuese un limpio absoluto.
La
señora más bajita paga, pues, en efectivo.
¿Amenaza
llover…? Y bueno, estamos acostumbrados a un clima desastroso que va de extremo
a extremo sin poderse predecir. Ya estamos aquí y no vamos a perder nuestro
esfuerzo sólo por una mojada.
Entra
otro sujeto, esta vez mal vestido del todo.
Lleva una camiseta ajada y rota, unas tenis de color rojo percudido, de
bajo presupuesto y tatuajes en el cuello. Tan pronto lo mira entrar, el dueño, que
ha estado todo el tiempo en un cubículo jugando a la contabilidad, se levanta
como un resorte y lo llama aparte. De hecho, no nos damos cuenta en qué
instante lo hace ingresar a su oficina,.a la cual tenemos acceso por la simple
razón de que la cortina está medianamente corrida para que el aire fluya sosegadamente.
Mientras
salen las dos señoras, —ahora nos enteramos que vienen juntas a pesar de las
compras separadas— podemos mirar lo que transa el último sujeto con el dueño
del establecimiento. Aunque de eso no estamos seguros, yo apuesto porque es un
simple contador y usted dice que es el mandamásk, pero igual nos interesa un
rábano quién es, sino que nos urge ver qué hace.
Está
topando oro. Claro, el rotoso es un cadenero, uno de los tantos que asaltan en
estas calles del centro y tiene en esa oficina su razón de ser: la seguridad de
que alguien le reciba aquello de lo que le urge deshacerse.
En
este caso, dos gargantillas de oro y dos anillos sin dijes ni perlas.
Mientras
este par cierra el trato, le pregunto a usted por un cigarro. En lugar de convidarme
uno nuevo, me da la chinga del que está fumando. Pasa que no estoy para andar
jugando de asquillos porque ando sin monedas y lo chupo, aunque ya casi queda nada.
En el fondo del local, sin embargo, junto a la caja está un empleado de despacho
comentando con el que administra el dinero que cómo putas puede alguien ser tan
cretino de dejarse meter cuatro billetes falsos de veinte mil pesos y todavía
dar quince mil de vuelto…
“Nada
más porque es feo sospechar de ancianitas dulces “— se oye comentar por ahí, no
sabemos de quién es la voz. ¿Seguro que no ha sidousted?
Volvemos
a don José Filadelfo mientras vemos salir al ratero contento, cómo si acabase
de desayunar opíparamente. No se ha movido un centímetro y ya empiezo a
sospechar yo que la imagen se ha tildado, que toca reiniciar la ventana.
Acaso
esté muerto.
El
jefe de la ferretería, cuyo nombre desconocemos, pero decidimos llamarle Mario,
nombre que viene bien, por ejemplo, a un profesor de artes industriales al que
recordamos era buena gente, pero estaba loco y amenazaba con apuñalar —cuchilla
en mano— a cualquier carajillo que le diese problemas en la clase.
Bueno,
Mario está que se lo lleva puta y le dice al cajero que le va a descontar la
estafa que cometieron las abuelas. El muchacho, un carajillo de menos de
veinticinco, algo grandote y lampiño, pone cara de pocos amigos y le dice de
sopetón que él puede hablar. El mañoso empresario viendo que se empieza a
ventilar en voz alta, corta el tema y se retira a su rincón nuevamente.
Yo
juraría que al ver hacía la calle se ha dado cuenta que vemos más allá de la
ventana.
El
hombre del perro roto, perdón de la mezclilla raída y perro azabache, tiene una
lista larga: llavines, tuercas, clavos, cinta eléctrica, etc.
Ya
esto nos saca de quicio. Cuando termine, llevaremos cuarenta y tres minutos de
estar en el ventanal. Saldrá con tres bolsas llenas, bastante pesadas, una de
ellas tilinte, la cual puedo pronosticar que, de acá a dos cuadras, va a romperse.
Y,
además, empieza a atardecer. Uno de los despachadores, va por don José
Filadelfo Quiñones, lo alza y lo mete a la trastienda.
Es
un muñeco de PVC espumado, una identificación de punto de venta. No es explicable
el motivo para que tenga el rostro mirando hacia el cielorraso, pero usted
comenta que ha de ser que el muñeco estaba roto y no han sabido repararlo.
Yo
le concedo que es una argumentación bastante válida, pero desde esta distancia
es imposible verificarla.
Luego
de eso nos quedamos estupefactos. ¿No es que el señor es un trabajador
alcohólico que se dedica a hacer de todo? ¿No era que usted había robado su
billetera y que por eso sabíamos un poquito de su vida? ¿No es correcto que nosotros
compartimos los mismos intereses?
Se
supone que debemos entrar ahora que solamente queda el personal y la mitad está
en la trastienda y prepara sus menesteres para ir a casa. Se supone que
actuamos juntos y yo voy sobre la caja y usted contra el contador, cada uno con
su respectiva pistola cargadita.
¿Así
que usted trabaja para el recinto? Es de seguridad, puta madre. Me ha estado
acompañando porque quería hacer una cámara escondida, desgraciado. Pensaba
subirlo a las redes, ¿cierto?
No
voy a perdonarle ésta porque no pienso a arriesgar mi prestigio. Prefiero
volver otro día que usted no ande por acá y hacer mi trabajo sin distracciones
ni traiciones. No necesito socios que apuñalan.
La
cagada, amigo, es que su pistola es de madera. Las reconozco al verlas porque
estoy muy jugado. Adivino que le dijeron que acá es una zona sin delincuencia y
que la vida es llevadera,
¡Qué
hijueputez, le mintieron!
Hagamos
una cosa, usted me guarda esto —haga el favor de no gritar mientras lo corto— y
se queda tieso en el lugar. Yo voy a tomarme unos tragos con los pesos que le
saco del bolsillo para sacarme el colerón de los malos amigos que deja este
oficio.
Tan
bonita historia que escribíamos y, ya ve, todo es mentira.
viernes, 18 de octubre de 2024
POESÍA URBANA
NOSOTROS ADORAMOS A LOS VIEJOS
Debemos reconocer sin que haga mella
Hemis duplicado pronto la tasa de homicidios
Acá los balazos se confunden con la lluvia
Y los funerales baratos son negocio
Al turista le gusta poco pero piensa
Que este paraíso es inframundo
Buena sede para excesos y dineros
Que pagan la inmediata complacencia
Sin embargo nos preocupan los abuelos
Es que somos anónimos afectos
Y nada nos conviene su miedo a visitarnos
Hay que hacerles llegar un artificio
Que les calme los nervios y así paguen
Por gozar supuestos teatros de exterminio
Que no son precisamente simulacros
Propongo una campaña que hable
De que nuestros homicidios van llenos de ternura
Y a eso le adjuntamos un peluche
Sea gato perro conejo y hasta chucky
Puede darse a elegir en el momento
O hacer lo que indiquen las encuestas
Quiere usted que le demuestre la ternura
Mire cuánta gente llora en las aceras
LA TRAMA DEL CAMALEÓN, NOVELA- DESCARGA LIBRE PDF
El punto de inflexión en la vida cotidiana de Malanga: el odio se hizo institución y no nos dimos cuenta.
La trama del camaleón, novela
miércoles, 16 de octubre de 2024
POEMA DEL DÍA
EL HÉROE ES UN SIMULADOR NATO
El héroe
está llamando a la Gloria
Ella no
quiere hablarle y lo deja en visto
Sabe que es
patraña ínfula aspaviento
Un jugador
de póker que blofea
Un producto
mediático y manido
Porque las
cartas que tiene son marcadas
Gloria prefiere
al obrero que protesta por los suyos
No importa si
lleva cicatrices
No importa su
condición de anonimato
No importa que
lleva escrita la derrota
Definitivamente es un gesto honesto lo que cuenta