La Novela de los Vegetales, otro éxito editorial del
Grupo Plomo, y quinta publicación del afamado Carlos Conservador es un thriller
lleno de crímenes y violencia de vegetales en su aderezo.
Picadillos, verduras hervidas, fritas, majadas,
al horno, en pinchos, con o sin mantequilla o con aderezos de aceite de oliva y
salsas de soya, la novela está plagada de secuencias que sugieren las más viles
formas de matar y se regodea en el sadismo.
Sin embargo, los personajes, sin ser planos,
carecen de vitalidad por lo que su personalidad es nula, apagada. Al criminal
en serie, no le logramos identificar pues la descripción sólo habla de un
sujeto detraje blanco y gorro ridículo que es un poco afectado y altanero. Le
gusta murmurar en mal francés de viejos días de secundaria.
La trama es débil por lo que pasamos
concentrados en las formas de sadismo que, a fuerza de tanta repetición, acaban
por no sorprendernos.
A mirad del texto, un ligero charquito de sangre
nos dice que la cosa se pondrá fea. Una patata ha logrado resbalar y evadir el
corte y el psicópata salta y maldice. Aún así, a esas alturas, ya vamos
cansados y no sabemos hacia dónde nos dirige la novela, constituida por
trescientas sesenta y cinco secuencias, cada una de una página de extensión.
Lejos de afiliarse a las corrientes vigentes el
autor no alude a los contextos sociales pues siempre ha hecho honor a su
apellido. Es lo suficientemente republicano que jamás sabrá. del Archimboldi de
Bolaño y menos del homónimo pintor que encajaba frutas en cuanto rostro hallaba
a disposición.
Conservador ha logrado hacer fama de orate. Pese
a ello, o merced a lo mismo, goza de enorme popularidad en los bloques
fundamentalistas y panderetas. Cuando oyó esta última palabra pareció animarse
mucho, pero no duró. Rápido le aclararon que no era un tipo de pastel.
La novela es así. Incapaz de toda sinestesia y
aburrida como un nene que juega con sus mocos. Nunca supimos cuál era la
premisa, ni cuál el destino, ni por qué.
Termina el éxito de ventas con el patrocinio de
un laxante a full color.