jueves, 17 de agosto de 2023

LUISILLO DIALOGA CON EL REY DE LA PEREZA

 

El equipo del barrio perdió ayer 3-0 y va a tener que jugar la liguilla. Lo bueno es que si vuelven a canchas abiertas, tendrán que devolver la cancha que la muni les prestó y volverán las mejengas rapidito.

Tanta emoción con el ascenso a segundas hace un año. La gente compraba la camiseta azul y la pantaloneta roja porque estaban relindas, pero lo hacían a pagos…¿Treinta mil pesos por esos trapos?  No jodan, si ni siquiera pagamos al día los recibos. Entonces, luego de una llorada, el administrador daba el visto bueno y apuntaba las deudas en los cuadernillos.

Los primeros cuatro partidos se ganaron al hilo. Lo que no esperábamos fue que el Caballo Sequeira se lesionase. Y menos fuera de la cancha.  Se torció un tobillo y cayó de las escaleras del bus.  Se rompió el codo y estuvo ocho semanas fuera. A partir de esa fecha, el Yuyo ganaba un partido y perdía dos y así. Y sin embargo, después del juego diez no la vieron más,.

Es que el Caballo no quiso regresar cuando vio que no estaban al día con el pago del seguro. La lesión le sanó mal; tiene el brazo hinchado como un jamón de cerdo y no puede moverlo casi. Anda con permanente cara de dolor y preocupado, porque los dueños del equipo le amarraron el perro.

Dice que tiene que operarse de nuevo para colocarse un pin y enderezar la fractura que sanó desplazada. Y que, sin el seguro social, eso es un facturón. Aparte a la persona que acude al hospital sin estar al día le suelen dar un trato impertinente, de mendigo.

Yo sé que, si le hablamos a Clemente o al director de Sicarios le consiguen, por lo menos, trabajo de conserje, pero eso nada soluciona en el corto plazo. Para que lo atiendan bien, para que le den una incapacidad y un trato medianamente humanitario tiene que haber cotizado tres meses consecutivamente. Es que si no, no hay derechos e igual le cobrarían todo el tratamiento. De locos es eso de cobrarle millones a un pobre desempleado…

Ahora, con tanto dolor, lo riesgoso es que Sequeira acabe por ser adicto. Probó con los chocolates al principio, pero es claro que para el dolor no sirven. Terminó empachado y, con el brazó así, nadie podía sobarlo. Hasta que tiritaba por la fiebre, sudaba descompuesto y creímos que se iba a morir.

Laxantes, uno tras otro. Cobijas, tres. Tés de manzanilla, gelatinas, etc. Dos días tardó en mejorar y quedó curado… de no volver a tomar un maldito chocolate.

El dolor siguió.  Nos daba pena y no sabíamos cómo apoyarle. Don Miguel sugirió que lo borráramos para que no sufriera. Nos obstante pagar ochocientos mil pesos no reembolsables no estaba a mano para alguno de nosotros. Asfixiarlo entre varios en su cama, luego de sedarlo nos podría traer un conflicto con la ley y no se trataba de ser mal ejemplo ante el mundo. Imagínese lo que nos costó salir en TV (fue cuando el simulacro de terremoto, que vino la señora presidenta y rescató a una gente sepultada por los escombros).  Qué desgracia sería volver a aparecer, pero en la nota roja bajo el titular de “Vecinos se echan al pico a enfermo de la comunidad”.

No. Lo que hicimos aún así fue titánico. En dos semanas nos organizamos para hacer rifas en las comunidades cercanas. Que una olla de cocimiento lento, que unas tenis americana talla grande, cosillas que no se llevaron al bingo escolar porque de por sí ya había muchos premios recogidos.

Estaban allí, bajo la cama de madre en una bolsa y cómo doña Vicky estima mucho al Caballo porque siempre que pasaba por el barrio saludaba muy cortésmente, ni lo pensó.  Talonarios fueron varios, más de seis y todos los números se vendieron.

¿Dé qué sirvió eso? De mucho. Le pudimos costear al Caballo unas vacaciones en Valle Muerto, donde estalló el antivolcán que todo lo cubrió de blanco. Afortunadamente, los psicotrópicos han sido legalizados e ir a darse unos ñatazos de coca no va a lastimar a nadie. Además, la droga al ser tan abundante es gratuita. Lo caro son los servicios turísticos que el auge de extranjeros que quieren inhalar en el paraíso ha disparado.

Es por eso que le dimos un regalazo a Sequeira, ¿sabe?

No es culpa nuestra, no sabíamos que padecía de rinitis, pero no me diga que eso no es un mal menor.

Y lo mejor de todo es que ya termina el campeonato, Otto. Imagínese qué chiva que el equipo pierde todo y la cancha vuelva a la comunidad.

Por cierto, Yami te está buscando porque no atendés al carajillo. Si querés le digo a Miguelón que te dé brete. El don es pura vida y sobra quehacer.

Jueputa, fue cómo si le hubiese mentado la mama…

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