viernes, 30 de junio de 2023

Capítulo de cuarta novela del ciclo Malanga (sin nombre todavía)

EL REACCIONARIO DIPUTADO ES UN HUMANISTA

 

Fue el diputado Francisco Corrales, ultraliberal y choricero, el que vio que el país se estaba yendo al carajo con tanto crimen. Como hotelero que era, empezó a preocuparse por la imagen internacional de Malanga y su deterioro: nada de país tropical y su fauna, la gente quería pasear y salir con vida. Violencia en todas sus formas: estafas, violaciones, secuestros, plomo.

Esto había que pararlo ya. Pero nada se le ocurría, aunque pasaba drogándose con cuanto producto salía al mercado bajo el pretexto de alcanzar cierta creatividad mínima. Estuvo de tanda y sin comer durante tres semanas a cerveza y pastillas. Whisky no probó porque no es tan nutritivo como la birra: pasado ese lapso había aumentado cuatro kilos.

Decidió consultar con un guía espiritual. El cura no supo darle respuestas: se limitó a lisonjearlo por su compromiso social. Le pidió ayuda para sustituir las bancas de la iglesia, que tenían harta carcoma, debido a la crisis de fe de estos tiempos. Ya ni la mitad de la población era creyente y estaba en las mismas que Corrales: preocupado e insomne en busca de ideas para innovar y recuperarse de los malos tiempos.

—Me temo, Fran, que la solución es clandestina. Yo pongo un burdelillo en un pueblito alejado, y vos, hacete un sindicato de sicarios o algo así: si los legalizás, les cobrás impuestos. Y muerte que venga por vía reglamentada no será homicidio.

Corrales se sonrió automáticamente. Le pasa a la gente cuando las cosas salen cómo quieren. Él había logrado encontrar una idea potable. Ahora a armar su jugada.

—Cuente con bancas nuevas, padre. Le debo un favor inolvidable. Cuando escriban la historia contemporánea de Malanga, haré que lo citen, pero no por esto de hoy, sino por alguna labor social que le hará ver como benemérito.

Y le tendió la mano firme y un abrazo y se retiró sin persignarse. ¿Qué otra cosa iba a hacer un ateo en la iglesia, si no es un negocio?

Eso pasó hace rato y, si no lo sabe el lector, es porque el finado Vivas tenía demasiado recato para ciertos asuntos. Maldita mosca muerta, por eso hay secretos de Malanga que se fueron a la tumba con él: muchos contactos le contaban cosas y él, como todo hipócrita contaba a pedacitos y llenaba los huecos con invenciones.

Tardó quince años en el Congreso el proyecto de ley y no se subiese aprobado de no ser por la inquina del legislador y porque supo reelegirse continuamente, a pesar de que la legislación malangueña lo prohíbe. Para ello, se valió de un gemelo imaginario que apareció inscrito en el registro electoral, una tarde cualquiera de cualquier octubre. 

Cosas que pasan: cuando él salía de su legislatura, el hermano, llamado Aurelio, apenas iba a entrando a sustituirlo. Con la misma línea ideológica, con el acento similar y con la única diferencia a la vista de que su fotocopia prefería los trajes claros, gris de rayas, sobre todo.

Entretanto, los hijos de Corrales crecían y se casaban. Nadie sabe cómo, pero dicen que el lavado de dinero y las drogas hacen nexos estrechos. Por eso, Maripaz se casó con el hijo de un capo mexicano y Jesús con la hija del embajador del imperio. Ojo, que no estoy diciendo que sean experiencias similares, sino roles de poder financiero.

Al fin de cuentas, eso de hacer política por puro amor no se lo cree nadie. La regla es llegar pelado e irse a la casa con sobrecitos de premio cada día.

Además, no era un secreto para Fran que el señor Vicente Terreras, capo del horror en el norte de México, le había financiado su campaña personal con varios millones de dólares, billete sobre billete.

Corrales es alto y para parecerse a su gemelo se cuida de no estar ni más flaco ni más gordo de lo debido. Aurelio nunca usa barba y él se la deja tupir como si fuese menonita.

Así las cosas, como es divorciado, cambia de novia que es un contento pues sabe que lo que buscan sus amigas es la billetera, un lindo apartamento y una tarjeta de crédito. Y pues les da tarjeta y plata, pero antes de ponerles piso, se esfuma y cuando le llaman por teléfono siempre contesta el hermano.

El otro, el que no tiene nada que temer: el que nunca sabe dónde putas ha ido a parar su hermanillo porque “casi nunca lo ve”.

Cómo puede verse, Francisco y su álter ego son bastante mañosos y aparte de haberse beneficiado de la ya vigente Ley de Sicariato Profesional, han pensado en todo. Desde los tiempos duros, cuando Paco hacía lobbing infructuoso en las oficinas de sus pares diputarados —pues la moralidad pacata veía mal eso de negociar con la muerte— lo pensó a profundidad y una de las primeras vueltas que hizo fue crear la Fundación para la Protección de la seguridad y de la Vida (FUNPROSEVI).  La presidencia quedó en manos de su secretaria que, en todo caso, era hermana menor de su abuelita. 

Es que nunca puede faltar el nepotismo en Malanga y los choriceros acá tienen larga tradición.

Por el artículo 8 de la misma Ley de sicariato Profesional se dispuso que la onegé actuaría como ente regulador del mercado. Sancionaría penas en caso de excesos o infracciones de parte de los contratistas y se nutriría de un canon establecido que las empresas deberían girar mensualmente para mantener el monopolio de las balas y de las muertes inducidas por arma o veneno.

Por cosas de pudor de los legisladores, a última hora decidieron que estaba prohibido ahogar, asfixiar, decapitar personas o lanzarlas desde un balcón. Motivos: se trata ganar mercado a partir de dar un servicio pulcro, ejecutivo. Tanto así que las escenas de muerte deberán ser aseadas por la cuadrilla correspondiente de la empresa ejecutora, previa entrega de las órdenes de muerte y la presentación de los permisos respectivos a los agentes policiales y al delegado de la pacifista fundación del señor Corrales. Estas disposiciones pueden verse en las justificaciones iniciales de la ley, tal y cómo fue publicada en el diario oficial, apenas cinco años atrás.

La gente, porque la gente es hijadeputa, piensa que esto es un gran avance civilizatorio. Ante la prensa internacional aparecemos como un país tan pacífico que la tasa de homicidios no alcanza ni un punto porcentual. Claro que incide en eso la definición jurídica local de homicidio y crimen, que no considera tales los cometidos por contrato y con intercesión de operarios profesionales.


jueves, 29 de junio de 2023

Fragmento de cuarta novela del ciclo Malanga (aún carece de título).

ALIADOS QUE MIRAN EL PRESENTE DESDE LA ZONA DE CONFORT

 

—Esta tarde, el señor Leonardo Retepiso, vicepresidente de la República y empresario líder del sector inmobiliario nos acompaña en la edición meridiana de La Patraña.

La mujer que habla ante cámaras tiene algo menos de cuarenta años, figura bien cuidada, cabello corto y usa un blazer azul. Ah, pero unos zapatotes de aguja como de quince centímetros porque es ligeramente chaparrita.

El set es de tonos grises que migran a celeste con franjas oscuras que no alcanzan a ser negras. A mano derecha y arriba se ve el logo del programa que es una lengua anudada en sí misma que gotea un veneno verdoso.

La cámara abre la toma y muestra que, al otro lado izquierdo de la presentadora y unidos por un escritorio blanco hueso que los distancia,  unos seis metros, se encuentra el susodicho.

—Buenas tardes, doña Olga. Un placer estar aquí— dice el hombre mientras se talla el nudo de la corbata.

—Entiendo que nos tiene buenas noticias, don Leo. Cosas de economía, ¿cierto?

—Dice bien, estimada. Queremos anunciar que el desempleo ya va por cinco por ciento y que, en los próximos ocho meses, estimamos que llegará acero.

—Eso es un portento. No hay antecedentes históricos de algo así.

—Pues estamos orgullosos de ello. Fíjese que, además, al haber menos población ahora, el PIB per cápita ha subido un seiscientos por ciento.

—Y eso, ¿cómo lo explica?— Olga Patogreis hace que revisa su laptop como si comprobase datos.

—La austeridad nos ha permitido una mejor distribución de la riqueza. Ahora, también tenemos que atacar problemas como el abandono de las ciudades. Queremos atraer pensionados rentistas que se establezcan en el país para dinamizar el comercio. Es que también necesitamos de consumo interno.

—¿Seguro que nada tiene que ver la Ley de Sicariato Profesional con las cifras que nos trae hoy?  Porque control de la natalidad tampoco es que se haga mucho. Entiendo que las distintas congregaciones religiosas se resisten a la planificación.

—No, jamás. Lo que ocurre es que nuestra población ha madurado. Posiblemente a causa del incremento de la seguridad en lo cotidiano. Recuerde usted las épocas espantosas de las balaceras en calle. Nosotros logramos superar esto burocratizando la muerte, de modo que aquel que le toca no provoque colaterales. Por ahí, esa ley debe corregirse pues a los ricachones exportadores les concede derecho a defenderse, por lo que todavía hay focos de violencia imprevista. Estamos conversando sobre ello con todas las fracciones de oposición.

—Oíamos ayer a varios líderes sindicales quejarse de que borrar a un sujeto es algo caro y además muy lento. Ustedes deberían preocuparse por la agilización de trámites, no vaya a ser que uno paga al sicario y la víctima huya del país mientras se verifica que todo esté en orden.

—Por eso mismo es que se han dado directrices de modo que, si al que matan es un no contribuyente, baste el recibo y el sello del supervisor jefe de la empresa sicaria. Ya en caso de ser un sujeto que paga impuestos, antes revisamos cuánto dejará de recibir Hacienda para que se indemnice al fisco por la baja.

—Don Leo, también he escuchado que ahora que los barrios se vacían, hay manadas de coyotes en todas partes. Ahora que venía hacia el canal me topé con una jauría de veintitrés elementos y eso es malo.

—Perdone, ¿qué ha querido decir con eso? Recuerde que nos debemos al turismo y que conforme los barrios se destruyan y se vuelvan miniselvas, el atractivo ante el turista se dispara. Nuestro gobierno tiene conciencia ambiental y es por eso que procuramos un estado primitivo de los barrios.

—Eso lo entiendo, pero ¿usted no ha escuchado que es de mala suerte que los animales anden en cantidades primas? Habría que sacrificar por lo menos un elemento para darle tranquilidad a la gente. Aparte de que toda la gente prefiere esos bichos a niños y seres bajitos. Habrá que pensar en una política social para enanos.

—De nuevo, le interrumpo, doña Olga. Tiene allí una contradicción enorme. Recuerde que somos darwinistas y la selección natural hará lo suyo. De hecho, parte de lo que debemos agradecer a la Ley de Sicariato, que pronto cumplirá siete años, es la depuración social. Aunque nos hayamos cargado la democracia, cosa que a los grandes capitales les viene de maravilla.

—Ah, veo que se está acabando el tiempo, señor vicepresidente. Mejor vamos al punto. Usted nos quiere invitar a celebrar  el presente, entiendo.

—Así es. Este domingo celebraremos la megapiñata nacional del presente. Guaro y comida chatarra para todos los que lleguen vestidos con los colores patrios de Malanga. Será en el parque central de Artificio desde las nueve de la mañana. Habrá juegos tradicionales y rifaremos cinco indultos, perdones ejecutivos, de tal modo que aquellos que los obtengan sean perdonados por su sicario de forma instantánea.  Durante seis meses, nadie podrá mandarlos a borrar, vea qué ganga. No falten porque esta fiesta sustituye aquella anacronía de las pensiones que ya vimos, se perdieron invertidas jugando con capitales de grandes ligas en bolsas imperiales. Aclaro que eso no fue culpa nuestra, fue una disposición que nos llegó de parte de los organismos internacionales.

—Perfecto, don Leo. Vamos a una pausa y volvemos con los deportes. Ayer, la selección nacional de patinaje empezó su ciclo de rifas de ollas de presión para recaudar fondos para acudir a los juegos regionales del año entrante. No se pierda detalle.

Apagan cámaras y reflectores y Olga se acerca a Leonardo y le estrecha la mano. Éste le devuelve un audífono inalámbrico que colgaba de su oído izquierdo para que su asesor le dijese qué responder siempre. En el mismo acto, un sobre gordito de manila resbala hacia el brazo de la presentadora.

—Hasta pronto, querida. Trabajamos bien juntos.




viernes, 23 de junio de 2023

Fragmento de cuarta novela del ciclo Malanga.

UN ESCRITOR QUE FINGE SER UN DURO O UN IDIOTA

 

—No sé si te das cuenta, pero vas mal. Esta novela es una mentira. Imagina que todo lo que recogés, lo hagás sin verificar. Tendrás solamente una zambumbia, un revoltijo de voces, pero la verdad no está allí.

—¿Ah, entonces la novela debe basarse en hechos reales? Entonces, cagamos pues yo no pienso dejar que me lluevan demandas.

—¿Cómo es posible, por ejemplo, que no le corrijás la plana a los personajes y los encarés contra sus secretos? Ésa es la técnica habitual que lleva a la catarsis.

—Vos querés que no escriba un libro, sino una hoguera. Me extraña porque sabés muy bien que la literatura trabaja con verdades residuales. Aquello que no se dice, pero está flotando en la trama y que el buen lector descubre sin que nadie le aporte juicio.

—Es que yo vi que, a ese Clemente, le has perdonado unas tantas. No sólo lo has dejado variar partes del texto —desconozco cuáles— sino que, descaradamente, has omitido el origen del dinero que financió la funeraria.  Yo lo conozco, cabrón, fuimos compañeros de escuela y siempre fue uno de esos seres sin alma. Vos ya sabés que la agencia es la que está detrás de la funeraria.

Es que no lo considero importante. Un testaferro más nada aporta a mi historia.

—Además, la cronología no coincide. ¿No debieses trabajar los tiempos con calendario?(fecha, día, año y lugar, aunque sea ficción).

—Creo más en el tiempo psicológico que en un fichero. Los acontecimientos me resultan más importantes desde la subjetividad de los personajes que hacerles una maldita ficha biográfica a cada uno.  Además, me da pereza. Escribo literatura para liberarme de normas, no para que me diga la academia qué es lo correcto.

—Estoy seguro que no controlás la trama.  Empezaste con un propósito y, de repente, te saliste del camino.

—Estaba muy fea la ruta por allí. Hay que ser imbécil para regodearse en el barro o en el crimen.  Digamos que me gusta el género policial, pero no la sangre. Por eso es que en la novela se habla de una brigada de limpieza. Eso evita al autor ver la violencia que escribe.

—Sos un saco de pretextos. ¿No has visto trabajar a los grandes?  Usan fichas, método, cronología de manera que las cosas no se enreden.

—¡Qué aburrido! Seguro que de carajillos andaban bicicletas de cuatro llantas. Eso es falta de confianza.

—No has cambiado tu hostilidad. Tenés complejo de bordado en oro.

—No diría eso. Es que me las pela esforzarme para el aplauso ajeno. Conozco mi oficio y tengo veneno en lugar de sangre. Parte del secreto de la escritura es sacudir al otro, provocarle incomodidad.

—Volvamos a lo de antes. ¿No vas a decir que las empresas de sicariato compraron ciertas funerarias para hacer el negocio redondo? ¿No escribirás que ese chavalo, el Chino, es un agente secreto de la Agencia? Palo de escritorcillo cobarde sos.

—Tengo mejores nudos por resolver y no voy ni por la mitad. Me dejás en paz o te meto un tiro y te desaparezco de una. Vos elegís.

Sólo tuve tiempo de agacharme por instinto. Una bala de cañón rompió el mueble del fondo en grandes astillas y los espejos se hicieron como arenilla.

Alguien me mandaba una advertencia:  “no sigas por ese camino”. Algo así.

Yo pretendo hacerme el desubicado, el que no capta.

Tomé un trapito para despejar el mostrador del bar, casi blanco de tanto vidrio molido.  Luego saqué una cerveza de la nevera y un trozo de queso y seguí conversando conmigo mismo.

Lo hago todos los días de diez a doce. Es la única disciplina que tengo.

 

 

 

 

 

 

 


DE LA INTERIORIDAD

 

El que ama la belleza

Puede ver formas con los ojos cerrados

Las luces en la nada toman cuerpo

Y el diálogo con seres imposibles

Se vuelve un ejercicio de texturas

Un manco no depende de sus manos ausentes

Ni siquiera está limitado el sujeto por sus huesos

El origen de las cosas es la idea de las mismas

Yo imaginé un monstruo de madera

Con el miedo de no controlarlo lo hice trizas

Porque me contaron historias enfermizas

Pero yo he podido imaginar cosas mejores

Por ejemplo un árbol que retoña

O un planeta de aire puro y todo lluvia

Donde nunca faltase el alimento

El problema es que nos nutren con fantasmas

Los niños mordisquean los prejuicios

Y de grandes les crecen quistes como el odio

O el afán de cazar al semejante

El que ama la belleza

Mire hacia adentro

Que allí duerme

jueves, 22 de junio de 2023

Una novela posmoderna, fragmentaria y en clave de humor negro.
Acá está completa.
https://drive.google.com/drive/my-drive





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Bienvenido, lector. Acá encontrará textos de breve lectura que puede disfrutar o ver a disgusto, pues lo clásico y lo moderno cruzan estas páginas. Poesía y fragmentos de novela, hay un poquito de todo. Este blog corresponde al ocio creativo de alguien que cree saber algo y, no necesariamente . es cierto. Gracias por pasar por aquí. Saludos. Adán Vivas (Costa Rica, 1968)


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