viernes, 4 de octubre de 2019


Cada cuatro años convocan a la fiesta
Digamos la fiesta de febrero
Que oscila entre la injuria y la comedia
Llega gente vestida dignamente y otros fantoches
Presumen de ser pueblo son fraternos y hediondos
A colonia tienen conducta propia de dopados
Risas falsas dientes blancos patriotismo
Coincide con una temporada de moscas de la carne
Grandes hermosas verdes tornasoles
Entonces las llevan como prendedor en la chaqueta
Les caminan por el cuello mientras sudan
O suelen suicidarse en la olla de carne del domingo
Que suele estar rancia y disponible
Porque la fiesta nuestra para idiotas
Dura meses
También las he visto decorando los lóbulos sensuales
A manera de esmeraldas
Copulando sobre el cráneo de algún calvo casi a gritos
Escuchando los negocios más oscuros de grandes empresarios
Ingresando a la boca en la galleta con caviar que lleva un tipo
Son moscas sin cara de amargura
Bien podrían encargarse de las mesas
Como pequeñas saloneras con su gran rol de indiferencia
Se reproducen cada día miles mueren miles llegan
Me dicen que hay mosquicidio en la cocina
El cocinero las captura silencioso
Tiene cinco mil en frasco opaco
Que va licuando con tomates remaduros
Les agrega un par de onzas del vodka más barato
Y cinco cubos de hielo manoseados
Es el homenaje que hace merecido
Al anfitrión de casa esa alimaña
Que antes fue pirata y hoy pilluelo
Que tiene pata de palo ultramoderna
Cuenta con ruedas de patines
Y con compartimento para guardar algo de droga
Está hecho de titanio y de látex
Y en el fondo de su muñón
Crecen las larvas que tienen este país
Carcomido de moscas por doquiera.

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