lunes, 30 de septiembre de 2019

PURGA GEN


Cuando murió mi abuelo
Su tío anotó en su diario
Con sangre fría y parsimonia
Que sentía gran alivio
Porque su sobrino hubiese terminado su periplo
Le llamó profanador de musas
Y está bien
Mi abuelo era una oveja negra
Un liberal del siglo XIX
En una familia conservadora
Propensa a conspirar sepa qué diablos
Y un poco parada de puntillas
Mi abuelo años antes le dedicó
A su tío algún elogio
Pero también se pasaba de la raya
Se burlaba de la tumba de su abuelo
Que no estaba a la altura de su sangre
Mi abuelo escribía opiniones en la prensa
Sin concesiones de sangre ni de afectos
Ha de ser larga la lista de caídos
Igual sus parientes
Ninguno era pan de dios
La vida granadina pasaba por sus lentes
Ojos envenenados de cinismo
Los hermanos Vivas cruzaron la línea
Fueron conocidos liberales
Fueron conocidos como mosqueteros de Zelaya
E hicieron su carrera con el tipo
Diputaciones ministerios consulados
El abuelo escribió un poema
Un texto un tanto lavabolas
Que dicen por ahí
Es el más largo de la épica nicaragüense
Si bien es abyecto con los otros
Lo que no acepto es que se ponga de blandengue
Sólo por intereses personales
1905 fue el año de su muerte
Dejó viuda y tres nenes
Una pulmonía lo agarró muy joven
Y dejo una fama bayroniana
Y al hermano solo en el camino
Éste regresó al bando conservador
Vivió tres décadas más con vida humilde
Pero metido de cabeza en sus columnas
Cada uno resuelve las cosas cómo puede
Es decir no digo que alguno fuese un santo
Ni siquiera que no clavasen puñales por la espalda
Creo que mi abuelo y el tío por lo menos
Eran un tanto frontales bochincheros
Que uno no habla a espaldas de los muertos
Qué para que putas guardan documentos
Y tengo que enterarme que los míos
Eran lo mismo rapiñas o borregos
Si en tantas carajadas
Me parezco?

domingo, 29 de septiembre de 2019


ACRONOS


Ha muerto el fénix
Tengo interés en sus cenizas
Quiero hacer un reloj de huesos triturados
Porque es para lo único que sirven
Porque nadie se levanta del final
Solamente la química del fuego
No lo dejen quemarse demasiado
Necesito que el tiempo se mueva más despacio
Para alterar mi ciclo de paciencia
Donde el reloj de arena
Simula ser un pájaro y se fuga.



EN POCAS LETRAS, NADA


Tu carne
Frágil como el azogue
Tu alma
Sucia como la mía.


URBANA


La sirena es una espiral de baba turbulenta
Que anuncia una emergencia
Su mal gusto su voz atropellada
Es elemento urbano recurrente
Como el sonido del tren cascado agónico
Los timbres graves del carro de bomberos
Las bocinas de la furia los insultos 
Los vendedores en la puerta de las tiendas
Prestos a morder al caminante
Abajo quedan las voces los murmullos los músicos de esquina
Los pasos de prisa bajando la avenida
Y las indígenas mendigas y siamesas
El ruido es la identidad de esta colmena
Que tiene el espíritu en zozobra
Y cuyo motor es la violencia
El sinsentido es una malla indivisible
Y el alarido de Munch se multiplica.


DEGRADACIÓN


Una tienda que cierra

Es una tienda que cierra
Es una tienda que cierra
El desempleado
Es un desempleado
Es un desempleado
La tienda la limpian la venden
El desempleado es una cifra y se le oculta
Al fin los dos son mercancías
Hermanos todos
La globalización precariza los estándares
Todos nos juntaremos en el cieno.


PEZ SOLITARIO


Monosílabos
Pequeñas palabras martilladas
Irritantes tornillos arruinados
Gestos que motivan la pereza
Ballenas que ocupan todo el frasco
Frasco para hacer volar sobre el abismo
Silueta que aplasta territorios
A modo de última palabra
Todos se habrán ido ya hace mucho
No hace falta que profieras la sentencia
Parcelas de diálogo imposible
Tristeza de los metales
Pez boqueando en medio de las brasas
Saborea el humo de su propia grasa
Sólo emite un monosílabo
Y renuncia.


MORALEJA DEL TIEMPO MUERTO


Siempre que iba a la biblioteca me dormía
Leía un poco los periódicos
Y al rato como el burro del pesebre
Fatigado de rutinas y de cuentos.
Entonces empecé a pasar las mañanas en el parque
Veía pasar gente las leía
Construía su perfil imaginario
Y algún tipo me resultaba delincuente pirata o cantinero
Igual las damas vi dos espías una viuda negra cuatro olímpicas
Aunque todo esto lo supongo
Nunca tuve trato con ninguno
De hecho cambiaba de costado
Y vi todos los rincones de ese parque
Los vendedores de droga con cuchilla
Las parejas intimando al mediodía
El vagabundo de los perros bien nutridos
Las botellas y empaques mucho viento.
También a un tipo que miraba hacia una ventana del octavo piso
Se paraba en un rincón de la plaza a las diez por varios
El condominio tenía ausencia de cortinas
Balcones muy pequeños cadadiez o quince metros
Unas cuantas macetas de buen peso
Y en el quinto del ocho lado izquierdo
Vi una silueta de verde azul largo cabello
Tirada en una silla de jardín y con revista
Abandonada al sol como invisible.
El tipo caminaba media cuadra
Llevaba una gorra de beis mascaba chicle
Se detenía un rato regresaba miraba a los lados
Y hacia arriba como si fisgase las piernas de la diva.
A eso de las doce se marchaba.
La gente a esa hora era bastante
Gente que va por el pan o hacia el cajero
Gente que va a mirar la joyería
Semáforos bocinas y piedra.
Yo seguía mirando historias falsas
Descubrí que la gente tiene miedo
Andan los nervios de punta como el gato.
Al tercer día
Noté que los roles del tipo y la mujer se coordinaban
Sin embargo no se cruzaban las miradas
Sospechaba de ajena cornamenta
Vi a la mujer sorbiendo un coco con pajilla
Vi al tipo guardar el chicle en el bolsillo
Un perro vino a marcar territorio al lado mío
Yo me quedé incómodo testigo.
Al día siguiente volví con los gemelos
De esos chicos para apuestas de caballos
Y cuando fue la hora de los cruces distantes
Un tanto de sol sobre llovizna
Los vi repetirse como atrapados en una ficción de celuloide
Busqué el ángulo de perfecto disimulo
Y apunte la vista hacia el octavo.
Tenía ojos bellos agresivos
Carnosa boca dulce casi milagro
Y sostenía una revista boca abajo
Un catálogo bancario supuse
Y a su lado tenía un catalejo.
Me pareció normal desde lo alto
Hay mucho que mirar. Hartos detalles
Así como vi las venas marchitas de la lotería en las macetas
Vi con desazón más de diez cocos por el suelo
Vi una pulsera que decía en su muñeca
Vi su cuello algo ajado la vi inquieta
Varias veces tomo su catalejo
Pero pasó de lejos del sujeto.
La joyería abría a las once
La panadería a las ocho
El kiosco de frutas a las seis
Pasaba mucha gente sin quedarse
Pero estos allí tan repetidos.
El viernes me quedé hasta más tarde.
El tipo se fue a las once y media
Con intermitencia volvía al cafetín de Carlos
La última vez traía galletas me tiró un sobre al vuelo
Lo tomé como algo generoso y luego entendí lo indiscreto
Pero ya era tarde y me quedaba.
Hacia las tres entró al condominio
No lo vi largarse en todo el rato
Antes de las seis abandoné mi sucio poyo
Y ya no volvería sino el lunes.
Dormí sábado y domingo
Estuve solo estuve bajando mangos
Estuve viendo ardillas
Estuve sentado en una piedra
Y sin darle cordel a esa pareja.
El lunes encontré la reja rota
La joyería rodeada de cintas de peligro
El techo ligeramente chamuscado
El kiosquero no vino no lo esperen
Parece que robó un diamante y los relojes
Intentó abrir la caja con soplete
Y provocó la quema de la tienda de pan.
De los otros dos yo nada supe
Ni siquiera se han asomado a la ventana
No sé si están solos o se aman.
Lo cierto es que las historias ocurren a la espalda.


NOTA AL MARGEN


El amor es la penumbra del alma.
Todas las banderas son potencialmente falsas.
Todos los fetiches, sacrificios.
Todas las promesas, amenazas.
Mira qué rescatas entre el lodo
Pero no elijas condolerte bajo el fango.

sábado, 28 de septiembre de 2019


EVANGELIO PARA PASAR AL TRITURADOR DE DOCUMENTOS


En aquel tiempo
Existían la injusticia los esclavos
Los hacedores de milagros
Los mantenidos del pueblo
Los fariseos las beatas los caminos polvorientos
Los saqueadores de caminos
La escasez de pan los demagogos
Los reyes que violaban a su gusto
Los serviles asesinos de su séquito
Las conjuras los pactos las verdades a medias
El obispo saludando al rey
El rey besando al obispo tras cortinas
Todas las formas del negocio
Todas las formas del pecado
Y las bulas para salvarse del infierno
Por un saquito de oro a la medida
En aquel tiempo
En este tiempo
Tenemos las mismas injusticias
Aplaudimos los mismos demagogos
Siguen los vendedores de milagros
Robando el pan y la esperanza
Son como una plaga de langostas
Vestiditos de brókers de gurúes
A la caza de cadáveres vivientes
Para vender sus tendones sus pellejos
Y escarbar la pulpa de sus huesos.
En aquel tiempo en este tiempo
La historia la han escrito los ladrones.